San Lorenzo De Almagro
  1990-2000
 
La vuelta esperada

Era el año 1993. San Lorenzo con un presidente llamado Miele ya había pasado el descenso. Fernando Miele un día empezó a llevar a cabo un proyecto para construir el Nuevo Gasómetro, el nuevo estadio de San Lorenzo de Almagro. Esto significaba no pedir prestada la cancha de Vélez, Atlanta, Boca, Ferro y hasta del propio Huracán.

Fue inaugurado el 16 de diciembre del '93 en donde unos 40 mil hinchas fueron testigos del debut contra la Universidad de Chile, en donde jugaban Acosta y Gorosito, con victoria 2-1. El debut oficial fue con una sufrida victoria contra Belgrano de Córdoba, 1-0 con un solitario bombazo de Netto de afuera del área.



La otra vuelta, esperada por 21 años

Antes de consagrarse definitivamente como el personaje más mediático y famoso por sus frases célebres teñidas de comicidad y originalidad, hubo un año en el que el Bambino utilizó sus frases para guiar a San Lorenzo a cortar un racha de 21 años de sufrimiento.

Era el verano del '95. El Bambino llegó antes que nadie al entrenamiento que el equipo realizó en el flamante Nuevo Gasómetro inaugurado hace apenas un año. Se cambió, terminó de planificar todos los movimientos y antes de que los jugadores salgan a la cancha llevó un pizarrón al medio del campo con la leyenda "Ojalá que este sea nuestro año". Esa frase sintetizaba el hambre de gloria que tenía un club que superó todo el sufrimiento ocasionado por las malas campañas, el descenso y ahora con nuevo estadio quería tomar venganza del segundo puesto del '94, abajo del River invicto del Tolo Gallego.

El destino quizo que en la primer fecha se encontrara con el que sería su rival en todo el torneo. El primer partido lo jugó contra Gimnasia de La Plata y salió 1-1. Desde allí San Lorenzo elaboró un campañon que se basaba en la fortaleza defensiva (Oscar Passet tuvo la valla menos vencida con solo 12 tantos en contra), en el juego que creaba desde el campo propio el ídolo de Fernando Galetto y la de Paulo Silas en el campo contrario, y la capacidad goleadora del goleador Claudio Biaggio y Esteban González "el de los Goles Importantes".

El Pampa Biaggio era titular indiscutido. Con nueve goles en su haber fue acompañado durante todo el certamen por Javier Arbarello, mientras que el Gallego González sumaba goles de oro desde el banco, como el que le hizo en el último minuto a Belgrano de Córdoba, un día después de la muerte de su padre o el golazo a Platense luego de una triangulación entre Silas y Biaggio. Y ni hablar del cabezazo más importante.

Este campeonato a pesar de esto no fue nada fácil. Tres fechas antes del final San Lorenzo cayó contra Vélez en Liniers y Gimnasia lo superó por un punto. Ahí es cuando apareció el Bambino Veira: "Hay que tener fé, hay que tener ilusión. Por eso quiero que vayan veinticinco, treinta mil personas a Rosario, en familia. Se va a dar."

Y el milagro fue realidad. Se dió. El silencio de velorio que hubo en La Plata cuando el delantero de Independiente Javier Mazzoni metió el gol fue el desahogo en Rosario. Gimnasia perdía 1-0 y eso le daba la oportunidad a San Lorenzo del campeonato. Entonces aparecio el de los goles importantes, el Gallego González, que tras un corner de Ruggeri cruzó un cabezazo y puso el partido 1-0 para el Cuervo. Tal como lo había predicho el Bambino en el verano, este fue el año de San Lorenzo y la gente invadio Rosario. A pesar de esto no hubo ninguna de las típicas frases celebres de Héctor Veira, la emoción y las lagrimas decían todo.


 
   
 
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